El surrealismo se presenta como revolucionario, como una estética que, al poner de manifiesto lo desconocido, pretende hacer saltar por los aires los cimientos establecidos de la sociedad. Propugna, por tanto, el cambio radical. Por eso, varios de sus autores se declararon abiertamente marxistas, izquierdistas o anarquistas.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los
surrealistas se dispersan, algunos de ellos (Bretón, Ernst, Masson) abandonan
París y se trasladan a los Estados Unidos, donde siembran el germen para los
futuros movimientos americanos de posguerra (expresionismo
abstracto y Arte Pop).
El surrealismo en la Historia
En su comienzo el surrealismo fue un movimiento fundamentalmente literario, pero al presentarse revolucionario y pretender hacer saltar por los aires los cimientos establecidos por la sociedad, es más tarde recogido por pintores y escultores que se cautivan por esta nueva forma de expresión.
La rebelión del surrealismo contra la tradición cultural burguesa
y el orden moral establecido tuvo su cariz político, y un sector del
surrealismo, que no consideraba suficientes los tumultos de sus manifestaciones
culturales, se afilió al Partido Comunista Francés. Sin embargo, nacieron
violentas discrepancias en el seno del grupo a propósito del debate sobre la
relación entre arte y política; se sucedieron manifiestos contradictorios y el
movimiento tendió a disgregarse.
La segunda guerra mundial paralizó toda actividad
en Europa. Ello motivó que Bretón como muchos otros pintores surrealistas
alemanes y franceses artistas, marchase a los EE. UU. .Estos influyeron en
el arte estadounidense, en particular en el desarrollo del expresionismo
abstracto en los años 1940. En 1946 el movimiento estaba ya
definitivamente deteriorado en Europa.
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